Lotófagos enloquecidos

LOTÓFAGA porque comen loto. Las flores de loto, segun lo que dice Homero en la Odisea, al comer lotus, olvidas todo, lo malo, lo bueno, menos la sensacion de felicidad, eso es eterno mientras las comes. Funciona como un alucinogeno, y vives feliz. Y a la vez estas enloquecido con tanta felicidad. Es un sueño, un lindo sueño el ser lotofaga...

domingo, octubre 23

Ella Alejandro, Él Angela.



Caminaban de la mano, uno imaginando al otro. Sentía como la otra mano la acariciaba, y sentía escalofríos de solo pensar sentir aquello.
Él miraba a los lados, buscaba algo, veía y oía pasar a los carros, sentía una agradable brisa sobre su rostro y creía (más bien imaginaba) que era ella quien le hacia cariño en la mejilla, quien acariciaba su barba crecida, y le decía que se afeitara. Se preguntaba dónde estaría es ese momento. Pensaba en porque por Bustamante no caminaba mas que él, aun cuando un par de cimarreros pasaban por el frente. El sonido de las ramas lo calmaba, esos árboles estaban cada día más frondosos, más bellos.
El césped lo invitaba a recostarse, pero debía llegar pronto a la oficina, estaba atrasado, el tiempo de colación había acabado. Se preguntaba porque la vida era así, porque ella debió irse tan lejos.
Ella caminaba apresurada por una vereda, el calor y el sol la fatigaban. Decidió cruzar hacia el parque, sentir la brisa que brindaba el movimiento de los árboles, sentir su sombra sobre ella, calmar ese calor. Al cruzar llego un poco de alivio a ella, aunque comenzó a recordarlo cada vez más, mientras menos lo quería, más lo sentía. Sintió la necesidad de tenerlo ahí, estar juntos en aquella banca, poder charlar, besarse, acariciar el uno al otro, pero el seguramente querría tirarse al pasto. A ella no le gustaba, le daba alergia el roce del pasto, no soportaba esa manía de él, ello era parte de la típica discusión que tenían a diario, antes de que ella se marchara. Recordó que lo mejor de ello era lo que venía después de discutir, lo que venia era fascinante para ella, y de seguro lo fue para él, quien era un niño tierno, a la vez algo ingenuo, pero solo con su mirada la dejaba perpleja, por que por las noches no solo era una mirada ardiente, aquello que guardaba en su mirada durante el día, era guardado para las noches lejanas, en que todo era perfecto, no había viaje, no había mas que ella y el, no había mas mundo que ellos dos. Noches que no volverían jamas, mas que en los ensueños.
ÉL no resistió la invitación que el pasto le hacia, no soporto las ganas de descansar un momento, - solo un momento se decía -, el día era perfecto, seria más perfecto con ella ahí, pero no era posible. Le fastidiaba saber que seguía pensando en ella, sentía que no lo merecía, nada merecía esa mujer de él, aun así lo que sentía era mas fuerte. Tumbado en el suelo, descansando, pensaba en ella, en su boca, en sus pechos, en su vientre que lo volvía loco, recordaba noches que no llegarían mas a su alcoba, noches en que dio todo, y ahora sentía no recibió nada.
Ella caminó cada vez más lento, cada paso que daba era una daga que la hería, no quería recordar pero era inevitable, de todas formas fue masoquismo ir a ese lugar, decidir pasear por ahí, luego de todo. Los recuerdos eran cada vez más dolorosos, añoraba tenerlo consigo, pero el no estaría ahí, ni estaría para ella. Vio aquella banca en la que siempre terminaban sentados, estaba un poco más allá, inconscientemente (eso decía ella para justificar ese deseo de tormento que tenía) fue hasta ella y se sentó. Como de costumbre hecho su cabeza hacía atrás doblando el cuello tan atrás como podía, miro el cielo, lo despejado que estaba, lo bello que le parecia, vio las nubes, y se dedico a mirarlas, solo mirarlas e imaginar que él estaba ahí, a su lado, que se inclinaba hacia ella y la besaba.
Alejandro se levanto un poco, se sento con las piernas cruzadas, y sintio temor y felicidad entrem,ezclada, una horrible paz con un sentimniento de rabia, todo mezclado, lo que vio fue a Angela frente a él, en la banca en que siempre se sentaban para evitar las discusiones, la vio, era ella, con el rostro elevado hacia el cielo, , mirando las nubes como de costumbre(costumbre que de seguro ya había perdido estando tan lejos), buscando e imaginando formas en ellas como siempre. Pero no lo creyó, no era posible, quizó correr a besarla, abrazarla, pero no lo hizo, era una locura, no era ella, ella estaba lejos, construyendo su nueva vida, habían pasado cinco meses desde su partida, no lo podía creer, aun pensaba en ella como en el primer día en que sintió su ausencia, cada día que vivía, la veía en cada rostro que pasaba por su lado, en cada una de ellas veía la figura de ella, creía verla, tenerla cerca, pero no era así, no, ella estaba lejos, y de seguro ya era feliz, no pensaba en el, era feliz y ya había encontrado a ese español que tanto añoraba cuando eran adolescentes y ella decía que algún día se iría a España, que conocería a un tipo perfecto para ella, con ese acento que la mataba cuando lo oía.
Ella dejo de mirar hacia el cielo, y creyó ver que era Alejandro quien caminaba por el césped, pero penso que como muchas otras veces, se trataba de otro tipo, en el tiempo que estuvo en Madrid solo veía a Alejandro en cada rostro que se le cruzaba, en cada uno de ellos lo veía a él, pero dentro de eso, sabia que no era así.
Se levanto, siguió su camino, después de todo no era tan tarde aun, podría ir a almorzar a aquel restorant cercano al cual iban con Alejandro, ese al que iban todos los días. Él podría estar ahí, pero no, era tarde, ya debía estar sentado en su oficina, ahora trabajaba, y no pensaba en ella como hubiese querido que fuera.
A veces el amor es asi...

martes, octubre 18

Cuento de la Cuchara.

Cuento de la cuchara.
¿Ves esta cuchara?
¿Ves este pote de exquisitas castañas?
Bueno el pote de castañas espera ansiosa a la malvada cuchara que no se decide a ir hasta ella.
Es egoísta y prefiere meditar bien que hacer, si ir hacia el pote de puré de castañas o al plato de sopa .
Tarda en tomar la decisión, aun cuando es doloroso tener que elegir algo,
se decide por la sopa, y deja al pote de puré solo y sufriendo por la huida de la cuchara malvada y egoísta.uego el pote de puré de castañas llora desconsoladamente junto a su amiga bombón chomp crunch:) y ella le cuenta esta misma historia, de la cuchara explicandole lo malvadas que resultan ser la mayoria de las cucharas, y le habla sobre miles de otras cucharas que se encuentran en distintas cajoneras repartidas por todo el mundo por lo que nada esta perdido y podria aparecer uuna nueva cuchara que la haga feliz, pero el pote de puré es necia,y no quiere escuchar nada mas que su llanto, y no quiere saber mas nunca de otras cucharas, dice que todas las cucharas son iguales, y su amiga Bombón Chomp la apoya en esta oprtunidad lamentablemente le encuentra la razon.
A ella tampoco le han tocado buenas cucharas.
Ninguna de las dos encuentra aun esa cuchara perfecta, que sepa apreciar su ricura, su delicadeza, y que le sea verdaderamente fiel por el resto de sus días, pues todas las cucharas las han cambiado por otros alimentos, que por cierto no llegaban a ser ni la mitad de exquisitos que ellas.
Un día el pote de puré llamo triste a su amiga bombón chomp contándole lo triste que la tiene el estar lejos de su antes querido y ahora odiado cuchara,y esta le dijo:
Verdaderamente esa no era la cuchara de tuvida, esa cuchara no te merecía, y menos merece que llores hoy por el, ni nunca más. Mejor será que esperes a que llegue esa cuchara que si es la indicada, una hecha solo para ti, única y solo para ti, una que no te cambie por el priemr plato de sopa que se le curce, una que quede enloquecido por tu sabor y no quiera cambiarte por nada ,...yo espero lo mismo, ¿y sabes?...
La esperanza es lo que me mantiene en conserva aun, hace que me vea viva, lo que me hace reír, y confiar en que así será...por ahora será mejorque carreteemos, salgamos, golosiemos, lo pasemos bien, y disfrutemos la vida si así lo queremos, si no es así, si queremos deprimirnos un rato, también hagámoslo, pero siempre disfrutando las cosas, sino no tiene gracia.
Entonces pote de puré de castañas no sabia que decir, pero sabia ya que cucharas hay miles en el mundo, en cada cocina habian muchas y en el mundo habian muchas cocinas con cajoneras repletas de cucharas, y que había que disfrutar incluso aquello que nos duele.

aquello fue lo que aprendio pote de puré, por lo que dejo de sufrir inútilmente, y empezo a disfrutar la vida.
De la cuchara malvada solo se supo que un dia mientras la lavaban por haber preferido esa sopa, cayó por accidente dentro del bote de basura, y nunca mas salio de ahi, ni nunca mas pudo prebar exquisites alguna, pues emprendio un largo y eterno viaje de un bote de basura a otro, de un vertedero a otro, finalmente, luego de quedar desecho, termino siendo nada, solo una vieja y maltratada cuchara que ya no servia para nada.

(Escrito por nato solcito, "esperando que entiendas elcuento de las cucharas". Terminado y recién inventado alas 18:38hrs. del 18 octubre 2005).
Dedicado con mucho cariño a mis cachorras lunita y strellita:) mil beshos

martes, octubre 11

cuento sin nombre

"A raíz de esta sensacion de imposibilidad para escribir, he decidido muchas cosas nuevas para mi vida, entre ellas, comenzar a retomar este cuento, al cual jamas di nombre, al cual tenia olvidado, asi como me tenia a mi misma. Es hora de retomar lo que uno deja atras para terminar las cosas bien, no dejar botado aquello que me es importante."

Cuento sin nombre por el momento.
Al verla desvanecerse me atacaba un escalofrío interminable. Su cuerpo cayendo al tapete verdoso imploraba que le devolviese el antídoto, que fríamente le negaba. Observe su rostro convulsionado, rojo, casi inflamado, que denotaba su asfixia. Su mano fina, de largos dedos y eternas uñas se extendía con una temblorosa suplica que no obtenía respuesta. Me sentía deshumanizada y a la vez una especie de justiciera. Sentía esto al impedirle sobrevivir y por otra parte sentí que ejercía una especie de villanía, pero toda esa pizca de remordimiento se desvanecía al paso del tiempo y de mis pensamientos. Todo me hacia ver esto finalmente como una dulce venganza. Mientras saboreaba la revancha, vi sus ojos transmitiendo un odio interminable, y una suplica de conmiseración me hacia dudar a veces si debía o no seguir, seguir sin hacer nada. Solo mis ojos se movían con un parpadear nervioso, el resto de mi cuerpo parecía como inerte, estaba como congelada ante la escena. Parecía como si alguien hubiese puesto el stop, pasando los minutos y segundos como inexistentes. El escalofrió me seguía atacando, con la leve diferencia de que esta vez note que una de las causas de este era una corriente de aire heladísimo que entraba por el ventanal trasero que se encontraba entreabierto. Quise mirar a cualquier parte, incluso pensé en escapar de esa espantosa escena, pero de golpe me atrajo su mirada y me mantuvo ahí. De pronto sus labios intentaron articular una palabra de mucho esfuerzo, pero esta logro llegar a ser solo un quejido, un quejido débil que pudo escapar como desesperado de lo mas profundo de su ser a través de su boca. Sus ojos parecieron explotar, esto me aterrorizo aun más pero la inmovilidad seguía dominándome, y al oír su último alarido sentí que me quebraba por completo. En tanto, mi cuerpo atino solo a abrir la manos de golpe y casi por inercia, cayendo si a sus pies, tardíamente, el inhalador. A lo segundos, minutos y horas que siguieron a su muerte me acompañaron interminables cigarrillos que fumaba por fumar, seguidos por silencios aterradores que me daban ganas de salir corriendo, de escapar a todo aquel pavor. Sin embargo había algo, creo que lo poco de raciocinio que quedaba en mi, que me decía debía guardar calma y esperar a un no se que. Luego de varias horas, acompañadas a su paulatino enfriamiento corporal, pude observar leves cambios en su rostro que un día había sido alargado, fino y de tez muy clara. En cambio, a esa hora de la noche, luego de haber expirado, ya no era delgado, sino que hinchado. Al perder el rojo de la asfixia palideció lentamente, luego se puso levemente morado, mostrando una imagen tétrica que se intensificaba aun más con el plano de sus ojos aglobados y completamente abiertos. Presenciar todo esto fue impactante, pero creo que luego de haberlo visto, era capaz de soportar todo tipo de escena. En un instante decidí sentarme en el suelo, y comencé a sentir como mi cuerpo comenzaba a tiritar poco a poco, tomando una intensidad aun mayor que me hizo desesperar. Quise frenarme, pero no era fácil domar mi cuerpo que parecía haber tomado autonomía. Luego de un rato, cuando por fin me sentí mas calmada decidí en retirarme de "la escena del casi crimen". "Casi crimen", suena extraño pero creo que eso fue, lo digo así por que la muerte fue casi natural. Yo solamente deje de hacer algo. El hecho de que Amanda estuviese muerta, no me incluía, pues yo no "efectué" alguna acción para producir su muerte. Solo deje de hacer algo, algo que perfectamente podía no hacer , pues no era necesario que yo estuviese ahí, y menos había posibilidad, pues ¿ Que podría hacer yo en casa la mujer de mi padre si no nos soportábamos?. Por eso, por que me sentía inocente, me fui. Antes de todo debía deshacerme de todo vestigio que pudiera comprobar mi estancia ahí. Probablemente las colillas de los innumerables cigarrillos que fume en el transcurso de la noche, y que podrían delatarme, ya que Amanda fumaba solo cigarros suaves y los míos eran extremadamente fuertes. Me dirigí al baño, y tire las colillas al retrete para quedar tranquila, tire de la cadena, guarde mi encendedor en el bolsillo izquierdo del abrigo, que no me quite en toda la noche, revise su cartera en busca de un inhalador por si acaso, pero no lo halle. Me dispuse a salir del departamento, cuando afortunadamente recordé la llamada desde mi casa a Amanda, y para evitar que me involucraran en lo sucedido me volví a la sala de estar , que se encontraba a mis espaldas, y borre mi numero del visor de llamadas. Luego salí del lugar camino a la nada. Camine alrededor de 45 minutos sin rumbo alguno, solo camine y camine en una misma dirección. Me impresionaban demasiado todas y cada unas de las reacciones que había tenido tras cada segundo espeluznante vivido en aquel departamento, y no sabia como explicarme tanta indiferencia e insensibilidad frente a todo lo vivido. Me llegue a sentir terriblemente mal, pero a la vez intentaba buscar excusas y las encontraba. Así volvía a sentirme mejor. Pero a medida que avanzaba por la calzada veía en cada rostro el de ella, sufriente e implorador. No se si era mi imaginación realmente o si se debía al cansancio matutino y desganado de los transeúntes madrugadores. Al llegar a una esquina observe a un vagabundo pidiendo limosna, y creo que una cuota mínima e irónica de humanidad me hizo hurgar en mis bolsillos en busca de unos pesos. Pero al inclinarme para vaciar en el tacho de las limosnas las monedas, no pude evitar mirarlo a la cara y ella vi una mirada de odio y reproche que casi me desplomo. Sentí mucho miedo, quise escapar a sus ojos desgarradores pero no pude. Nuevamente estaba inmóvil, como congelada. De pronto vi que su mano se introducía en uno de los bolsillos harapientos de su saco, y sacaba un objeto que me aterrorizo. Era un inhalador casi idéntico al de Amanda, entonces sentí que me volvía la movilidad al cuerpo y me eché a correr. Corrí sin darme cuenta de que iba en dirección al edificio de Amanda, estaba tan preocupada por el inhalador de Amanda, que estaba a sus pies, que ni cuenta me di. Me detuve a menos de una cuadra del edificio, y comencé a pensar en como entrar nuevamente al departamento de Amanda. Debía urgentemente tener en mi poder el inhalador, por que al estar a sus pies podía crear sospechas acerca de lo natural de la muerte. No tenía llaves del departamento, por lo que no podía entrar. La desesperación se estaba apoderando de mi, pero recordé que en la portería debía haber una una copia de las llaves de cada departamento, incluyendo el de Amanda. Entonces idee un plan bastante precario, y me dispuse a ejecutarlo sin pensarlo dos veces. Entre al edificio y me dirigí al conserje con la excusa de preguntar por un tal Ernesto Andrade, a quien yo conocía gracias a una amiga, y mientras aproveche de buscar con la mirada las llaves. Así encontré las llaves a un costado del aparador, y le di las gracias al portero mientras salía del edificio al escucharlo decir que el señor Ernesto ya no vivía ahí. Así fue que decidí salir del edificio, dirigiéndome al teléfono publico. Marque el numero de a portería del edificio y me hice pasar por una de las residentes del segundo piso, quien necesitaba supuestamente ayuda con una tubería de la cocina que estaba rota. El portero inmediatamente subió a ayudar a la supuesta residente en problemas mientras yo aproveche para escurrirme por la portería y así apropiarme de la llave. Una vez que tenia la llave en mi poder subí rápidamente por la escaleras, para evitar encontrarme con el portero en el camino, llegue hasta el sexto piso, abrí la puerta , saque el inhalador y siquiera quise mirar a Amanda, me daba terror volver a ver su rostro. Guarde el inhalador en el bolsillo izquierdo, ya que el otro estaba repleto de llaves de mi casa, cigarrillos y el encendedor. Luego me marche rápidamente. Afortunadamente el portero no estaba tras el mostrador, así es como tuve tiempo de guardar las llaves en su lugar y luego escapar. Camine mas que rápido y pensaba en el camino cuan fácil era engañar al portero, hurtar las llaves y entrar así de fácil a cualquier departamento. Al llegar a la esquina donde antes me encontré con el vagabundo no pude evitar mirarlo. El también me miró, haciendo con su mirada que me volviera el miedo que casi había desaparecido, pero que ahora volvía descontroladamente, y al cual no podía frenar. Aun así seguí caminando, y comencé a imaginarme que el mendigo me miraba así porque algo me delataba, y quizás ese algo, era algo así como un hedor putrefacto a muerte. Me sentí sucia, podrida. Sentí que expelía ese olor a muerte que ningún otro hedor sobrepasa. Todas las culpas que sentía; el mismo hecho de sentirme sucia, me hicieron perder por completo en las calles sombrías de la ciudad que sin embargo amanecía. Sin darme cuenta llegue a dar a un puente antiguo de piedra, el mismo en donde viví tantas cosas, bellas y amargas, todo allí, casi sin querer. Por debajo del río escurría una agua sucia, café, que de seguro estaba hediondisima, pero no creo que mas hedionda que el olor a muerte que expelía yo en ese momento. Observando el curso del río logré respirar algo de calma, pero pronto me asaltaron miles de idas que por cierto eran bastante descabelladas, entre ellas , la mas insistente era el arrojarme puente abajo, para así acabar con todo lo que sentía en aquel momento. Pero al cerrar los ojos logre algo de calma, y al volverlos a abrir creí que la paz moraba en mi. Pero no fue así, ya que luego de abrir los ojos creí ver su cuerpo, el cuerpo de Amanda, flotando en las turbias aguas y el miedo me hizo huir nuevamente. Llegue a mi casa desesperada, puse la cafetera a funcionar, tome un largo baño, intente relajarme, quise poner en orden las ideas pero no era fácil. Salí de la tina algo mejor, bebí el café que ya estaba bastante frió, quise no pensar en nada, tener la mente en blanco me ayudaría, así fue como pensé que lo mejor seria dormir. Tome un sedante y me acosté. Quedarme dormida fue algo relativamente rápido, la pastilla no tuvo un efecto muy inmediato pero si fue rápido, lo suficiente como para hacerme sentir a gusto gracias al sueño en un tiempo preciso. Al despertar note que era bastante tarde, casi el atardecer. Decidí olvidarlo todo. Sabía que no seria fácil, pero lo debía hacer, al menos intentarlo. Si había algo que me daba tranquilidad en ese momento era saber que de alguna forma había cobrado venganza ante la asesina de mi padre, la mujer que lo mato. También me consolaba el saber que yo no había hecho nada y que la escena vivida en aquel departamento no tenía ya que ver conmigo. Fin

renacer

Han sentido alguna vez que no pueden escribir
Que no pueden decir nada
Que no tiene que decir nada
Tener el teléfono ahí, al lado
Mirarlo
Saber que podrías usarlo y decir lo que sientes
Pero no lo haces.
Saber que podrías escribir para descargar lo que sientes
Pero al momento de hacerlo no tienes que decir
Sabes que tienes que expresar lo que sientes
Pero no lo haces
Sientes al momento en que debes escribir que no hay nada que escribir
Que estas vacía.

Bueno
Por lo menos se que si me siento vacía
es por que decidí renacer
lo malo es que me duele no poder escribir

sábado, octubre 8

Siempre es lo mismo.


Pasear por pasillos atestados de vitrinas, frías y materialistas
Exhibiendo ofertas y liquidaciones que aumentan el fervor consumista de los transeúntes.
Caminar sin ver a los lados lo que cada temporada cambia y sigue siendo lo mismo.
Salir del templo del consumismo sumidos en nuestro mundo de escritores como si fuéramos un extranjero de Camus con pensamientos escondidos sumados a deseos prohibidos.
Ir por milésima vez a la misma feria artesanal a seguir con la conversación de siempre, muda, a veces parlanchina. Hablando de lo común de nuestras vidas, y de lo extravagantes que pueden llegar a ser.
Forcejear otro cigarrillo que finalmente de todos modos fumare para tu desagrado, mientras nuestro camino nos lleva a la misma plaza desierta, que en realidad no lo esta.
No queremos ver lo que hay en la plaza, por que es mejor no ver nada, ni a nadie, es mejor estar solo, aunque sea para nuestra imaginación.
Sentarnos en la misma banca a conversar sin siquiera abrir la boca , solo bastan las miradas, las caricias. Caricias inocentes que sueñan con ser osadas, pero que quedan solo en el vacío del deseo.
Rozar los dedos sobre la boca, los labios, estos sobre el rostro, miradas que delatan la intención de besar, pero que muere por culpa del temor. Miradas que se conforman con solo mirar e imaginar...


martes, octubre 4

Preferiría


"si me dierán a elegir, obvio que no estaría en esta situacion, estaría feliz; no estaría enamorada como boba de un ser tan extraño, preferiría amar a un sujeto que no fuese tan complicado, que no estuviera tan mal de la cabeza, y.....
creo que seria feliz.
Pero estoy enamorada de él, lo quiero a él, y no fue lo que elegi, fue algo que se dió, que creció, y no me deja en paz.
Si ustedes tuviesen que elegir, ¿elegirían lo mismo?, o son felices asi."


Una lluvia maravillosa, un viento aterrador, todo el mundo atemorizado, y yo felíz en casa, viendo la lluvia caer, escuchando los truenos, disfrutando de ellos, soñando con pasear por Bustamante, apreciando el verdor del parque que con el clima se hacia aun mas verde. Un verdor cristalino, que se vuelve cristal por las gotas de lluvia que lo moja.
Tomar mil fotografias a la nada, guardarlas donde pudiera, disfrutarlas de todas formas, tener un recuerdo de esa felicidad que nació de algún lugar desconocido, que me dió esa paz que necesitaba, pero que asi como llego de fugaz, se fue sin decir nada.
Volver a lo mismo de siempre, sentir lo mismo que cada día me atormenta.
Quisiera ser insensible como él, y no sentir amor alguno, pero me es imposible, quizas ya no pueda llorar, quizas mis lagrimas se secaron para siempre, pero en el fondo sufro aunque no lo vean, muero poco a poco. Y aunque crean que no siento, si siento dentro mio, aunque no llore como el resto para demostrar que siento, pero si siento.
Pero sentir no es algo que me alivie, porque la mayoría de las veces siento dolor, y si siento felicidad es cuando menos lo espero, y aun asi no lloro, ¿por qué el resto si llora?, porque decidí dejar de llorar y lo logré, y por que ahora no puedo volver atrás??????
mil preguntas sin respuestas.
eso es mi vida
un enigma

Misterio

Misterio se llaman tus ojos
tu boca, tu vida.
Un misterio que quiero descifrar,
que quiero conocer.
Un misterio es tu música
armoniosa e inquietante
llena de sonidos inventados
en un mundo de sonidos idealizados.
Cuerdas de guitarras que no son guitarras
Porque tú lo quisiste,
Ruidos de platillos y baterías que no son platillos, que no son baterías,
Y tu creaste con ollas y metales que conforman tu instrumento
ingenioso del no instrumento.
Un mundo como el de Alicia con un no cumpleaños,
Así es como tienes tu un no instrumento.
Porque es tu mundo uno creado para salir de la serialización de las cosas,
para lograr una identidad tuya, de verdad no como la delo mundo entero basada en
estereotipos clonados de otros.
Un mundo de dibujos de un no robot, sino que de un roboc adherido a murallas prohibidas y violadas por ti, y por tu dibujo no convencional.
Y resulta que todo lo tuyo es un no algo, un no que permite a la imaginación
Volar y volar sin fronteras
Lo cual me hace querer aun más conocer aquello que esconde en verdad
Tu misterio que probablemente es un no misterio.
18 junio 2005 5:40am
(dedicado a Barril)

lunes, octubre 3

solo cuerpos danzantes

Solo cuerpos danzantes que lo engloban todo cuanto me rodeaCuerpos que deambulan por el césped grisáceo de la capital, sin rostros, sin identidad, solo son cuerpos que avanzan hacia distintos destinos que ni siquiera imagino.Miradas desde un rostro ausente, que lo ven todo y no ven nada.No se atreven a mirar el alma de quienes se les cruzan, los quieran pero no los ven.A simple vista puedes ver, a través del cristal, solo un cuerpo abrigado por el frío de una mujer aparentemente rubia, en dirección contraria camina un hombre de largo abrigo oscuro que hace juego con la ciudad.Una anciana con bastón, un perro hambriento hurgueteando en la basura, mil cosas de las cuales ningún otro pasajero se percata, solo yo, y que además seria invisible en otro momento, en otra circunstancia. Solo cuerpos que avanzan sin detenerse a observar la vida, o siquiera a observar al resto. Resto en el que me incluyo.

Drogados de amor

Sí, mal, estabamos verdaderamente mal, el por su parte y yo por la mía. Pero había algo que nos unía, ese fervor por hallar la felicidad a como diera lugar.
Daba lo mismo el cómo, lo importante era conseguirla.
Soñaba por mi parte con lograr olvidar todo cuanto me afligía, se hacia demasiado, y a la vez nada, no sabia que era ese todo, solo sabia que existía.
Yo sentada en la banca solitaria de la universidad. El seguramente en la pileta de la suya, mirando las flores de loto que tanto anhelaba yo tener en ese momento, para hacer caso a la odisea y comer de ella y secar todo dentro mío, menos la felicidad.
Se me acercaban todos para conversar, pero en el fondo hacia como que los oía, porque en realidad estaba sumergida en un ensueño alucinógeno que me mantenía en paz.
Resolví que eso era lo que necesitaba, algún alucinógeno para olvidar, pero la verdad me aterraba solo pensarlo, no era algo que me diera mucha confianza, menos hacerlo sola.
Pero con quien podría hacerlo, si todo el mundo cuando se droga vuela por distintos rumbos que de seguro no serian los míos. Temía quedar sola, y a la vez deseaba hacerlo.
Mire el reloj, y al parecer me había perdido una clase, ya nada mas debía hacer en aquel lugar, solo existir sin sentido. Y me parecía mi vida completa una existencia sin sentido.
Pero era muy cobarde como para renunciar a ella, no quise pensar mas en ello. De todos modos, al salir de la universidad te iba a encontrar sentado en la banca de la entrada, esperando como siempre, me dirías que tarde mucho, y yo contestaría que el profesor es un latero. Siempre la misma rspuesta para la misma pregunta.
Nunca te enterarías de que no entre a clases, ni yo que tampoco lo hiciste tu. No me dirías lo que llevabas en la billetera, eso que compraste en el baño de tu universidad, eso que querías fumar, pero que te daría miedo como a mi y botarías al retrete al llegar a casa.
No te contaría tampoco que lo que tenia en aquel sobrecito amarillo no era polvo de tiza como te había dicho bromeando cuando se me cayo al piso, sino algo que me haría volar y que quería compartir contigo.
Pero somos demasiado cobardes, siempre lo hemos sido, nunca te atreviste a decir que si querías luchar por mi, ni yo lo haría, nunca quisiste ir contra el resto, por eso nunca te encontrare en la entrada de la universidad. Por eso nunca estarías esperando 15 minutos de mas.
Solo nos dejábamos estar en nuestros lugares para pensar, no entrábamos a clases, y luego nos íbamos mas solos que nadie a nuestras casas.
Llegábamos, mirábamos las flores que no eran de loto, y recordábamos una vez mas lo cobardes que fuimos.
Mirábamos el teléfono, pero la cobardía nos frenaba para llamar, nos servíamos el café de siempre, lo dejábamos enfriar, y al probarlo como siempre estaba frío, tanto que perdíamos las ganas de beberlo, y lo dejábamos a un lado.
Yo prendía mi cigarro hogareño, tu solo mirabas al vacío, y nos sentíamos ensañados con la mente por no dejarnos respirar, por hacernos pensar día a día, y yo recordaba a la profesora de antropología, y que el pensamiento no era interno sino un símbolo cultural, tu ya duermes mientras yo aunque no quiera pienso en Freud y sus teorías, y me pregunto que si Geertz y Freud tienen razón, y me cuestiono que si es así, o si este amor que siento es solo un símbolo mas de esta sociedad que acordó que existiera, y que en el fondo el amor es solo una creación mas de la cultura para protegernos de nuestra agresión y fijación sexual animal y natural.
Si fuese así, nada de esto tendría razón de ser, y esto que pienso es amor no existiría, seria solo parte de la represión y la sublimación que genera sobre mí la maldita cultura de esta sociedad enferma.