fantasmas??

Como la Saru no podía tomar alcohol, no nos pudimos embriagar, solo bebida, y bueno, seré sincera, igual me tome una lata de cerveza, pero que es una lata, nada pues.
Bueno, mientras nos reíamos de paginas personales de desconocidos, y buscábamos una foto linda.
Pero de pronto, un aroma masculino alerto nuestras fosas nasales.
Saru me miro sorprendida, preguntando si me había aplicado perfume de hombre. La mire extrañada, pues no había sido solo mi idea aquel aroma. Y exclame:
- Tú también lo sentiste, aja, no estoy tan loca... -
Pero la verdad, esa risa fue solo una vía para escapar del miedo que sentíamos las dos.
Cada vez el olor se hacia más intenso, quise no tomar atención, podía venir el olor desde la ventana, o de cualquier parte. Pero no, el aroma estaba aquí, y solo aquí, p0or mas que ignorábamos el perfume, este se hacia mas presente.
Saru quizo ir fuera de la habitación para ver si había alguien, pensábamos que podría haber entrado alguien, un ladrón o algo así. Mucho miedo, pero le dije que se quedara ahí, que no se moviera.
Quise hacer como si no pasara nada, entonces tratamos de no tomar en cuenta lo que pasaba.
Sara insistía que había que ir a ver, y yo inexplicablemente tenia ganas de llorar, y la abrace como una pequeña niña abraza a su mamá atemorizada.
Me puse de pie, y trate de tomar las cosas un de forma un poco mas madura, tome una colonia que había en el mueble y la eche en el aire. Pero entonces el olor se hizo aun más intenso, y no soporte mas la idea, y me dirigí a la entrada de la pieza. Pero tenia mucho miedo, y no sabia de que, solo mire hacia el living, y entonces me volví a sentar junto a Saru.
Seguimos conversando y entonces sentí un escalofrío horrendo en la espalda, y fue como si algo estuviera tras de mí, en eso justo Ara miro hacia atrás y yo la abrace repentinamente aterrorizada, y ella dijo haber visto algo como una pequeña sombra en la pared.
El frío era tan intenso que corrí a buscar una parka al closet, y me la puse. Y de inmediato un dolor muy fuerte atacó mi espalda, era como fuego, en ese momento tenia demasiado miedo, no sabia que pensar ni hacer.
Todo podía ser solo sugestión, pero también existía la posibilidad de que fuese real lo que ambas imaginábamos.
El olor seguía en el aire, y no salía de la habitación, hasta que de repente desapareció y tocaron a la puerta.
Era el pololo de mi mamá que llegaba a casa.
Una vez que ya no estuvimos solas, el olor no volvió.
Y no fue el trago, porque ni bebimos, y puede ser que estamos locas. Pero de que sentimos todo eso lo sentimos.